Pasados los tiempos de dolor agudo por la muerte de los que amamos; cuando nos acostumbramos a no buscarlos ya donde solíamos encontrarlos, nos sentimos más unidos a ellos. Parece como si los lleváramos con nosotros a todas partes, y es que ellos viven en Dios, y Dios vive en nosotros.
(Pilar Fernández de Navarrete)
Feliz día del Señor. Celina
El texto de hoy es una preciosa descripción de la partida de un ser querido a la casa de Dios. Dolor primero por la ausencia y alegría por el posterior reencuentro. Pero lo más hermoso que esta descripción nos ofrece es que Dios es el centro del reencuentro, al tiempo que nos recuerda que él es vida eterna, a la que ascendemos como sugiere la poética imagen de la escala hacia el cielo. Gracias Celina por tu bello mensaje. Feliz día del Señor a todos.