No olvidemos nunca lo admirable que es nuestro destino, ¿qué mayor dicha que amar a Dios para siempre? Amarle en el cielo, amarle en la tierra, amarle en las alegrías, en las tristezas, en la luz, en las tinieblas; amarle lo mismo en el Calvario que en el Tabor.
(Beata María Pilar Izquierdo)
Feliz día del Señor. Celina
Desde la aparición del cristianismo en la historia de la humanidad, ha habido una confrontación entre la fe cristiana y la razón. Fe en Dios y razón humana buscan la verdad, pero no se ponen de acuerdo. Al final de la Escolástica, fe y razón emprendieron un camino diferente. Los creyentes queremos fundir fe y razón. Por eso afirmamos que Dios es nuestro destino y que, como obra suya, Él es merecedor de nuestro amor. Esta creencia nuestra no contradice a la razón. Preciosa imagen nos ofrece hoy Celina. Gracias. Feliz día del Señor a todos.