El camino, Señor, que tú has abierto ante mí es un camino fácil,
comparado con el arduo camino de mi propia voluntad.
Si permites que la gente me alabe, no me importará.
Y menos todavía si permites que me censuren;
por el contrario, estaré más alegre.
Si me envías trabajo, lo aceptaré con alegría,
y será un descanso para mí, porque es tu voluntad.
Y si me envías descanso, descansaré en ti.
(Thomas Merton)
Feliz día del Señor. Celina