¿Cual es entonces la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas y en la vida de la Iglesia para guiarnos a la verdad? En primer lugar, recuerda e imprime en los corazones de los creyentes las palabras que Jesús dijo, y precisamente a través de estas palabras, la ley de Dios se inscribe en nuestros corazones y en nosotros se convierte en un principio de valoración de las decisiones y de orientación de las acciones cotidianas. Se convierte en un principio de vida.
(Papa Francisco)
Feliz Domingo de Pentecostés. Celina