Pero, a fin de que el débil no desfallezca al oír hablar de las pruebas que se avecinan, el pastor debe decirle: «Prepárate para las pruebas». Y, si al oír estas palabras la oveja empieza a desfallecer y a temer hasta tal punto que ya no se atreve a acercarse, el pastor debe recordarle aquello otro: «Fiel es Dios para no permitir que seáis tentados más allá de lo que podéis». Anunciar y recordar las pruebas que se avecinan es como curar a las ovejas enfermas; hablar de la misericordia de Dios, que hace superar las pruebas al que se asusta desmesuradamente, es como vendar las heridas.
(San Agustín)
Feliz día del Señor. Celina