No olvidemos nunca lo admirable que es nuestro destino, ¿qué mayor dicha que amar a Dios para siempre? Amarle en el cielo, amarle en la tierra, amarle en las alegrías, en las tristezas, en la luz, en las tinieblas; amarle lo mismo en el Calvario que en el Tabor.
(Beata María Pilar Izquierdo)
Feliz día del Señor. Celina